Y allí...al fondo, Iru, Lua, Naima y Yali; otros galguinos que un día se vinieron a vivir al norte en donde disfrutan de una vida digna y feliz. A todos sin excepción les gusta la playa y el mar, y nosotros somos también muy felices viéndolos disfrutar de esa vida que un día alguien se empeñó en negarles.
Pompeya...una galga excedente de una camada de galgueros gitanos. Con dos meses, tuvo la suerte de evitar el contenedor de basura...y la suerte de no mostrar lo mejor de sí misma... Fue una delicia conocerla, y disfrutar de ella durante 6 meses... Nos acordamos mucho de ella...
Nosotros también nos acordamos mucho de Martina. La verdad es que fue una gozada tener una perra con tanta energía positiva con nosotros. Además para nuestros perros (que hay que decir que son bastante abuelorros) fue una inyección de juventud y juegos...y bueno...la verdad es que nuestro jardín todavía se acuerda de Marti que dejó calvas allá por donde derrapaba. Ella necesitaba una familia como la que tiene ahora y un alma protectora como la de su super-hermano Iru.
Peralvin, las buenas costumbres no se pierden así cómo así. Ella sigue jugando al derrape, pero ahora su pista de pruebas es nuestro pasillo, que parece arañado por un tigre. Iru, también derrapa con ella por lo tanto cuando se ponen los dos cómo locos al mismo tiempo...vale más apartarse rapidito porque nos llevan a rastras si se tercia...
Y allí...al fondo, Iru, Lua, Naima y Yali; otros galguinos que un día se vinieron a vivir al norte en donde disfrutan de una vida digna y feliz. A todos sin excepción les gusta la playa y el mar, y nosotros somos también muy felices viéndolos disfrutar de esa vida que un día alguien se empeñó en negarles.
ResponderEliminarEspectacular. Que placer ver a Martina asi de feliz. Ojala todos pudiesen saber lo que es jugar, correr por placer, disfrutar....
ResponderEliminar¡¡Una gozada !!
ResponderEliminar¡¡ Gracias chicos por hacerles tan felices !!
Pompeya...una galga excedente de una camada de galgueros gitanos. Con dos meses, tuvo la suerte de evitar el contenedor de basura...y la suerte de no mostrar lo mejor de sí misma...
ResponderEliminarFue una delicia conocerla, y disfrutar de ella durante 6 meses...
Nos acordamos mucho de ella...
Nosotros también nos acordamos mucho de Martina. La verdad es que fue una gozada tener una perra con tanta energía positiva con nosotros. Además para nuestros perros (que hay que decir que son bastante abuelorros) fue una inyección de juventud y juegos...y bueno...la verdad es que nuestro jardín todavía se acuerda de Marti que dejó calvas allá por donde derrapaba. Ella necesitaba una familia como la que tiene ahora y un alma protectora como la de su super-hermano Iru.
ResponderEliminarPeralvin, las buenas costumbres no se pierden así cómo así.
ResponderEliminarElla sigue jugando al derrape, pero ahora su pista de pruebas es nuestro pasillo, que parece arañado por un tigre. Iru, también derrapa con ella por lo tanto cuando se ponen los dos cómo locos al mismo tiempo...vale más apartarse rapidito porque nos llevan a rastras si se tercia...