Mou nos enseña su Navidad

Después de un otoño con más sombras que luces hoy toca acordarnos una vez más de Mou. No repetiré aquí mis agradecimientos a todas las personas que se implicaron en su ayuda y cuidados, ni a todos aquellos que se interesaron por su evolución. 

Puede que a muchas personas, todo el esfuerzo y la dedicación empleados en la curación y recuperación de la salud y la dignidad de un animal le parezcan frívolos, innecesarios o carentes de la más mínima trascendencia. Para mi, todo ese trabajo dice mucho de la evolución de la sociedad humana, de lo que considero que el hombre le debe dar a los seres con los que convive, y más concretamente a los seres que ha modelado y domesticado para su uso, su servicio y su compañía. 

Sin embargo, esta noche, después de muchos días pensando y escribiendo sobre lo que debe ser y no es, y sobre tantas cosas que queremos cambiar y no podemos, es momento de dejar la razón y los argumentos a un lado. 

Mou ya ha sido adoptado, en todo este tiempo desde que salió de España, ha vivido en casa de una veterinaria de Greyhounds in Nood Belgium con la que ha recibido todos los ciudados y mimos que podáis imaginar. Hoy ya casi totalmente recuperado, nos han comunicado que ha sido adoptado por una familia para siempre.

Fuera de todo razonamiento, sin pensar en argumentos, sin complicarme la vida con elucubraciones. Hay algo en todo esto que a mi me hace que merezca el esfuerzo y los sinsabores, es algo que se tiene  no se tiene, que se siente o no se siente. Me da energía, me da ganas de continuar, no lo puedo explicar pero es así, sin más.

Mireille Broeders (Fundadora de GINB) y Mou antes de partir hacía Bélgica

 Mou con su Veterinaria Marianne de GINB

Para él ya llegó la navidad, y el regalo de un nueva vida.

Qué lo disfrutes!

El Guadiana y la traílla