En
esta parte abordaremos el análisis de las medidas y actuaciones por la vía de distintos
tipos de normativas destinadas a reducir o prevenir el maltrato, abandono y
muerte prematura de perros de raza galgo en España. Una de las cuestiones que actúa como
catalizador de la tragedia actual que vive esta raza es la inexistencia de una
regulación adecuada en materia de protección animal que tenga en cuenta las
especiales características de la práctica de caza con galgos y del colectivo
galguero. El trágico complemento a esta regulación pobre, es el incumplimiento
de las normas existentes por parte de los cazadores y la escasa supervisión de
las administraciones públicas en lo que se refiere a protección animal.
El
aspecto más íntimamente ligado a la utilización de galgos y que a la larga más
víctimas produce, suponiendo la piedra angular en materia de una mejor
regulación de esta actividad, es la cría indiscriminada y la tenencia masiva de
ejemplares de galgos. Esta es la primera cuestión a desarrollar, para después
proponer medidas para la lucha contra todo tipo de abandono, eliminación de
ejemplares no válidos, sacrificio injustificado en veterinarios, robo y tráfico
ilegal de galgos, entrenamiento con vehículos a motor y condiciones de vida de
estos perros.
Cría indiscriminada y tenencia masiva
El
galgo español es, con mucha diferencia, la raza de perro con mayor importancia
en términos cuantitativos en España. La cifra total es desconocida, pero
diferentes estimaciones la cifran en un número no menor del medio millón de
ejemplares. Estos datos pueden parecer inverosímiles a la mayoría de la
población. De hecho un porcentaje
elevado de españoles, debido a razones geográficas, o por vivir en grandes ciudades, nunca habían visto un galgo
en la vida real hasta la reciente irrupción de esta raza de perro como animal
de compañía en nuestras ciudades. ¿Por
qué hay un número tan elevado?.
Las
razones de esta realidad tienen que ver con la actividad de caza con galgos en
el Sur e interior de nuestro país. La caza de liebres con galgos es una
modalidad de caza no selectiva (es el animal depredador el que persigue y da
caza a la presa sin intervención humana alguna) en la que el animal que sirve
al cazador (el galgo) representa el cien por cien del lance cinegético. A diferencia de otras modalidades de caza,
donde el perro es un complemento del hombre, aquí el animal lo es todo, siendo el
propietario galguero, un mero observador del momento de persecución y muerte de
la liebre. A esto hay que añadir, que en
esta la actividad, tal y como está concebida a día de hoy, lo más importante no
es la capacidad o habilidad del perro para capturar a la liebre en campo
abierto, lo que se persigue, se busca y en definitiva la cuestión central de
esta modalidad es la de determinar, de entre dos galgos que persiguen a una
liebre, cual corre más cumpliendo unas determinadas características
reglamentarias en la persecución y muerte de la presa.
Por
tanto, el galgo, como objeto central de la actividad, se convierte en un
instrumento en el que se buscan la confluencia de una serie de características
idóneas, ya sean físicas, morfológicas, de carácter, de entrenamiento, o de
comportamiento en carrera. Esto hace que un gran número galgueros traten de
encontrar los mejores ejemplares.
Por
otro lado hay que tener en cuenta dos cuestiones. La primera es que los
cachorros, habiendo excepciones, no son probados con garantías hasta una edad
que oscila entre los 10-15 meses. Y por otra, que la vida útil para la práctica
de la modalidad para estos animales no excede de los tres o cuatro años,
cuando, como es normal pensar, es un perro con una esperanza de vida media en
el entorno de 10-12 años.
Estos
factores analizados unidos a la existencia de un mercado que valora enormemente
los ejemplares con mejores características, hace que una buena parte de los
galgueros críen camadas anualmente y acumulen un gran número de perros bajo su custodia,
ya sea para la práctica de la caza, para la venta de los mismos o para la
competición.
La
realidad y exigencia de este tipo de caza, donde el perro, como ya se ha
explicado es el punto fundamental, hace que en la búsqueda de los mejores
galgos, una mayoría de ellos sean descartados por distintos motivos (taras
físicas, escasa velocidad, problemas de comportamiento, edad, carácter en
carrera, lesiones, enfermedades, incumplimiento del reglamento en carrera …).
La concepción del perro como instrumento de uso, hace que una vez que estos
galgos han demostrado no ser aptos para sus propietarios, se convierten en una
pesada carga, tanto económica como de espacio en los lugares que habitan.
Este
exigente círculo vicioso, de crianza, prueba y descarte de perros es la raíz de
toda la problemática asociada al bienestar de estos animales y la polémica
actual de cara a la prohibición de esta práctica. Ya que en un grueso de las
ocasiones el descarte de estos animales se realiza mediante el abandono, la
entrega en perreras públicas, el sacrificio veterinario de animales sanos, o el
asesinato por diversas vías.
A su
vez, la cría y acumulación masiva de animales en pos de los mejores “productos”
(como los propios galgueros los definen) y el tráfico legal e ilegal de los
mismos, hace que en una mayoría de casos, las condiciones de vida de estos
animales, aún cuando todavía no han sido descartados, tienen lugar en unos
parámetros de miseria, pobreza o aislamiento absoluto. Condiciones inaceptables
para cualquier raza de perro en la
sociedad Europea del siglo XXI.
En
cuanto a la cría y tenencia masiva de galgos, no existen diferencias
sustanciales para los diferentes estratos sociales. Podemos ver un
ejemplo en galgueros no habituales de los altos círculos de competición , como
es el caso de este vídeo:
O
podemos observar otro ejemplo en las cuadras de un galguero de fama reconocida,
tal como es Joao Moura, rejoneador portugués y ganador de la Copa S.M. del Rey
de galgos en 2010, o ganador de la Copa la Ina en 2011-12. Estas son sus
instalaciones, que aunque situadas a pocos kilómetros de la frontera española,
se encuentran en territorio portugués:
Aunque,
como hemos hablado de condiciones de aislamiento, quizá sea oportuno poner el
ejemplo del bunker-zulo de Carlos Sanz, actual Presidente de la Federación
Española de Galgos, en un pueblo de Castilla y León. Sobra decir, que la visita
de los periodistas en este caso era prevista y es interesante analizar las condiciones
idóneas de vida de un animal (dentro de un cubo de hormigón armado), para el
máximo representante del colectivo galguero en España.
Una
primera medida que parece clara sería la limitación
efectiva del número de galgos que cazador pudiera tener. Controlando el número de galgos por galguero,
se reduciría el número de ellos desechados, se desincentivaría la cría
indiscriminada de camadas de galgos, y en principio, sería presumible que a un
menor número de perros, correspondería un menor gasto de mantenimiento y es de
esperar que sus condiciones de vida pudieran mejorar. Sin embargo, y suponiendo que esto fuera
así ¿Cómo hacerlo?.
Para
empezar a hablar de un control efectivo, este debería realizarse de forma
oficial, es decir, por parte de algún organismo público. En este caso, sobra
decir que la Federación Española de Galgos (vista la práctica de sus
representantes) no son la entidad adecuada para ello, además aquí se estaría
hablando de la práctica al completo, ya sean galgueros federados o no. La
propuesta más razonable, sería que se creara una base de datos de carácter nacional
con un seguimiento y control poblacional por parte de las comunidades autónomas
(Consejerías o Departamentos de Medio Ambiente) o incluso, para ser mucho más
efectivo por la Guardia Civil (Seprona).
Se
debería fijar un número límite de perros por cazador con las siguientes
características:
-
El límite sería el mismo y con carácter máximo
para datos cruzados de catastro de propiedades. Es decir, un cazador no podría
multiplicar los ejemplares poniéndolos a nombre de su esposa o hijos. El límite
lo sería por cazador y por propiedad inmobiliaria.
-
El seguimiento y control del cumplimiento de la
norma se realizaría por parte de algún organismo con autoridad de carácter coactivo
e instantáneo, véase Guardia Civil (Seprona)
-
Cada animal tendría un único e indivisible
propietario, que fuera el sujeto sobre el que pesaran todos los deberes
correspondientes al cumplimiento de la normativa exigible. Por tanto no se
podría minimizar o limitar la responsabilidad compartiendo la propiedad del
animal.
-
El propietario debería ser persona física, nunca
jurídica. La posible adscripción de los perros a Clubes, entidades mercantiles,
deportivas o de otro tipo, podría dificultar, o diluir, las responsabilidades penales
del verdadero dueño del animal en muchos casos.
-
La base de datos sería de carácter nacional.
-
Se debería establecer un régimen sancionador que
desincentivara claramente el incumplimiento de la norma. Lo más coherente, es
que se estableciera una progresividad creciente y acumulativa contra el
galguero que incumpliera la norma, acordando, tras un número determinado de
sanciones o dependiendo de la gravedad de estas, la inhabilitación del mismo
para la tenencia de todo tipo de perros.
La
introducción de una norma de este tipo ayudaría en gran medida a reducir las
terribles consecuencias de la caza con galgos en España, pero contaría con el
rechazo frontal del colectivo galguero, que al ver mermadas sus capacidades de
selección entre una multitud de ejemplares, verían desvirtuada su práctica.
Control de Criadores
Como
medida que acompañara la limitación efectiva del número de galgos por
propietario se debería de controlar, de forma simultánea la crianza de camadas.
Para ello se debería unir a la base de datos de ejemplares un registro oficial
de criadores. La normativa, teniendo en cuenta que en la base de la
problemática de los galgos en España está el elevado número de camadas
incontroladas, debería ser claramente desincentivadora de la cría de camadas. Esto se logra con dos
instrumentos complementarios, la limitación de crianza y venta sólo a criadores
autorizados, y el establecimiento de un sistema de tasas desincentivador para
formar parte de dicho registro de criadores autorizados. La conexión entre los
datos del registro de ejemplares y los de criadores podría establecer, no ya
sólo el destino de las camadas autorizadas, sino también las ventas de
cachorros y todo el tráfico mercantil asociado a las mismas. Datos que debieran
ser muy útiles de cara a la fiscalización por parte de las autoridades
tributarias, de un negocio hasta hoy tan oscuro, como la compra y venta de
galgos en España.
Identificación de perros
Supuesta
una limitación efectiva en el número de galgos y un cumplimiento de un control
y fiscalización de camadas, así como de compra-venta de galgos. ¿Cómo asegurar
que no son eliminados para cambiarlos por otros?. Este es el campo de la adecuada
identificación de los animales. El principio básico a cumplir, es que todo el
que tenga un perro, sea responsable de su bienestar hasta el final de sus días,
o de encontrarle una salida coherente con su bienestar, si por razones de
fuerza mayor (entre las que no se encuentra su capacidad para la caza) no puede
hacerse cargo de él. Pero para poder controlar esto hay que saber con exactitud
identificar cada perro de forma individual y con el 100% de fiabilidad.
El
uso del chip para la identificación de galgos ha resultado ser una medida
claramente insuficiente para controlar su número y las distintas y penosas
situaciones que viven estos animales. La facilidad para la localización del
chip, hace que los galgueros puedan quitarle el chip a los animales antes de
abandonarlos, dejarlos en una perrera o asesinarlos de distintas formas. El
tatuaje en orejas tampoco ha resultado ser efectivo existiendo la posibilidad
de amputación de distintas formas de la oreja del animal.
El
avance de las técnicas de identificación por ADN actuales, así como la
economicidad de las mismas hacen posible que la identificación de perros con
esta técnica sea ya posible y deseable. Por tanto, todo galgo debiera estar
identificado por su código genético fuera cual fuera su edad, estado físico,
utilización básica y propietario. Este dato sería de una importancia capital
porque permitiría el control efectivo de la vida del mismo, desde su nacimiento
hasta su muerte. Y además centraría en el propietario la responsabilidad de su
vida como cachorro, de su vida como galgo apto para la caza y de su vida tras
ser retirado de la caza o de la cría hasta el final de sus días.
Este
código indentificativo sería el dato básico en lo que se refiere al perro, de
la ya comentada base central de registro de ejemplares de galgos en nuestro país.
Sobre
decir, que la identificación de todos los galgos, aptos y no aptos para la
caza, será rechazada de plano por todo el colectivo galguero. En este caso, la
consideración ética para con los galgos que ya no son aptos para la caza es difícil
de inculcar en este colectivo, para el que estos animales han perdido toda
funcionalidad o valor, y evitarán la carga de cualquier tipo de responsabilidad
al respecto.
Contra el abandono
La
identificación efectiva de los perros es la mejor medida para poder denunciar a
los responsables de su abandono. El abandono ha de ser siempre considerado como
un acto de maltrato animal. La reglamentación en el caso de los galgos debería
ser lo suficientemente clara y estricta para que cualquier caso de extravío,
robo o pérdida fuera notificado con carácter inmediato a las autoridades, para
evitar la picaresca consistente en declarar, que una vez que el perro ha sido
encontrado abandonado y localizado su dueño, este declare que se le había
extraviado. Para ello sería útil la creación de métodos rápidos y sencillos
para denunciar extravíos o pérdidas, tales como teléfonos gratuitos, o
denuncias on-line o con modelos preestablecidos.
De
la misma forma, la entrega de galgos por parte de sus propietarios en las
perreras municipales o de otra clase, sin la garantía real para el bienestar
del animal y su futuro, debe ser considerado abandono y por tanto maltrato
animal. Lo coherente, en este caso, es que los propietarios de los animales
entreguen en las perreras animales que no puedan atender por causas de fuerza
mayor. En ningún caso, estas causas debieran ser el retiro de los ejemplares de
perros que ya no valen para la caza o que no le interesa mantener al cazador. En
este caso, la medida es muy sencilla de cumplir. Una vez controlado el número y
el destino de cada animal por parte de las autoridades, los casos de fuerza
mayor para dejar un perro en la perrera deberán ser debidamente justificados.
La repetición de un mismo galguero (o una misma referencia catastral) en los
argumentos de causa de fuerza mayor, invitarán a la investigación, sanción e
inhabilitación para la caza del responsable del abandono, independientemente de
las responsabilidades administrativas o penales que se puedan derivar de sus
actos.
En
la actualidad, en España, las perreras públicas aceptan el abandono masivo de
galgos y todo tipo de perros con la connivencia de las administraciones locales
y regionales, que así esconden el problema del abandono y eliminación de perros
“sobrantes” . En algunos lugares, como en las zonas galgueras de la provincia
de Badajoz, los galgos a desechar, son
recogidos por vehículos de la administración regional, a instancias de los
ayuntamientos, sin control de número ni estado físico, para ser llevados a
perreras que actúan como sumideros o campos de exterminio. Por tanto, es
razonable pensar que cualquier avance en el sentido de minimizar el abandono,
ya sea el ilegal (en la vía pública) o el legal (en perreras) será una tarea
muy complicada.
Galgo joven abandonado por su propietario en la perrera de Olivenza (Badajoz). 2009 |
Eliminación de ejemplares no válidos
Se
sabe que la mayoría de los galgos desechados por los cazadores por todas las
causas ya explicadas son asesinados por ellos mismos y eliminados de diversas
formas. Principalmente tirados a vertederos, a pozos o enterrados en el campo.
Sólo una minúscula parte de estos casos es hallada por los ciudadanos y una
proporción aún menor, es denunciada e investigada por las autoridades para la búsqueda
y castigo de los responsables. Es lógico pedir un mayor esfuerzo a toda la
población para la denuncia de estos casos y también a las autoridades, para el
esclarecimiento de los mismos.
La
única manera de luchar contra estas prácticas salvajes es el control de los
galgos y su identificación efectiva. De esta forma, con una reglamentación
efectiva, los galgueros no podrían justificar la ausencia de los animales que
han sido eliminados y sustituidos por otros en sus cuadras. Y del mismo modo
que en los anteriores casos, esta falta de información y justificación de los
galgos que ya no tienen deberían conducir a la sanción e inhabilitación para la
tenencia de perros de aquellos que no pudieran aclarar el destino de los
lebreles de su propiedad. Independientemente de la responsabilidad penal
exigible en los casos hallados de asesinatos de perros.
Actualmente,
ni existe, como ya se ha visto, la identificación efectiva, ni el control de
los galgos de los galgueros, por tanto, el camino a recorrer en este aspecto
sería muy largo. Y como en el resto de la regulación propuesta no contaría con
el apoyo del colectivo galguero, habida cuenta de que todas estas medidas
harían difícilmente viable una práctica que tiene en la renovación de galgos
jóvenes una de las claves de su existencia.
![]() |
Vertedero con los restos de más de cien galgos asesinados en Villatobas (Toledo) . 2009 |
Sacrificio injustificado realizado por
veterinarios
Otra
de las formas que tienen los cazadores de deshacerse de sus “productos”
sobrantes es el sacrificio en una clínica veterinaria. Esta es una práctica
minoritaria, debido a los costes que supone para el galguero este tipo de
solución a su problema. Dado el casi inexistente control actual de las
prácticas de los galgueros para con sus perros por la administración, la
ecuación Coste/Beneficio de llevar a sus perros no válidos a morir a una clínica
veterinaria no hace esta la mejor opción, comparada con métodos de eliminación
menos considerados con el animal, pero más baratos, como pueden ser tirarlos a
un pozo, o pegarles un tiro en un vertedero. No obstante, y conociendo la
creciente sensibilización de parte de la sociedad contra el asesinato “tradicional”
de galgos, estos casos existen, e incluso, son considerados como una buena
práctica o una actitud ejemplar dentro del colectivo galguero.
En
estos casos, se ha de volcar el esfuerzo y la presión sobre el colectivo veterinario.
El sacrificio de animales sanos (le valgan o no al propietario para cualquier cosa)
va en contra del Código Deontológico oficial del colectivo veterinario. Es
necesario que esto se conozca a todos los niveles. Para ello se deberá
denunciar al veterinario en cuestión y darle la máxima publicidad al asunto.
Estos casos de mala praxis veterinaria sólo cesarán cuando se hagan públicas
denuncias que acarreen la apertura de expedientes en el Colegio de
Veterinarios, para que aquella minoría de profesionales que acceda a realizar
estos sacrificios injustificados sea conscientes de los riesgos personales y
económicos a los que se enfrenta.
También
estos casos serían evitables con un control efectivo de número de perros y un
seguimiento efectivo de su destino por parte de las autoridades.
Se adjunta link al Código Deontológico de la profesión veterinaria:
http://colegioveterinarios.net/uploads/files/codigo_deontologico.pdf
Se adjunta link al Código Deontológico de la profesión veterinaria:
http://colegioveterinarios.net/uploads/files/codigo_deontologico.pdf
Robo y tráfico ilegal de galgos
La
continua búsqueda de los mejores galgos por los miembros del colectivo
galguero, unido al descontrol de la cría y tenencia de estos animales por parte
de las autoridades hace que exista un mercado negro muy activo para estos
perros. Los lebreles más cotizados, generalmente por haber demostrado sus
cualidades en campeonatos o por haberse granjeado una fama en el mundillo
galguero por la calidad de sus descendientes, pueden llegar a venderse por
cantidades astronómicas de dinero. No es extraño que se realicen transacciones
de compra-venta de galgos por valores que superen los veinte o treinta mil
euros. Esta es la gota que colma el vaso
del catálogo de desgracias que sufre esta raza en España. La potencialidad,
aunque remota, que todo cachorro tiene de convertirse en un galgo con buenas
aptitudes para la competición, existe, y por tanto, esto los convierte en
objetos que cotizan un valor en el mercado y con los que se puede hacer
negocio. Y no sólo los cachorros, sino también las hembras y los machos adultos
por su capacidad para críar.
Este
movimiento de dinero y estas posibilidades de negocio son las que atraen a este
mundo a redes de delincuentes de todo tipo con el objetivo del robo de galgos.
Desde redes organizadas, hasta ladrones oportunistas cuyos objetivos son los
galgos potencialmente aptos para la caza, o simplemente susceptibles de tener
un precio en el mercado negro. Y a esta causa es principalmente debida la
asociación de galgos en los mayores focos marginales de nuestras ciudades y
pueblos.
En
este mercado, como en todos por definición, existe oferta y demanda. La demanda
de galgos jóvenes tanto en el mercado de galgos robados como en el de críadores
“tradicionales” está constituido por miembros del propio colectivo galguero.
Como no podía ser de otra manera según el principio de búsqueda de los mejores
galgos temporada a temporada.
Además,
en el caso de los robos, estos se ven favorecidos porque en la mayoría de los
casos los perros malviven (como se ha podido ver gráficamente) en cuadras,
búnkeres, zulos u otros espacios destinados a tal efecto, pero prácticamente en
ningún caso comparten techo con su propietario (tal y como lo hacen los
animales de compañía). La mayoría de estos robos se hacen en este tipo de
dependencias cuando no están los propietarios, aunque también se han reportado
casos de robos en domicilios, robos con violencia etc… aunque son mucho menos
frecuentes.
El
mercado negro, la marginalidad, y el tráfico de estos animales no hace sino
favorecer la existencia de casos de maltrato, asesinato y abandono. Por tanto,
en este sentido las medidas regulatorias deberían conducir a perseguir los
robos de perros y a controlar la existencia de un mercado “en la sombra” de
estos animales.
Una
aproximación sencilla a las causas de este problema nos puede conducir a las
posibles soluciones. Si la existencia de ejemplares deseados y con una alta
cotización favorece un mercado ilegal y los robos se deberían buscar medidas
que eliminaran ese concepto de una “alta cotización”. En este sentido una
medida que sin acabar con la práctica de caza con galgos reduciría los robos y
mercado negro sería la eliminación de cualquier tipo de competición de carácter
oficial. De esta forma se evitaría dar publicidad y prestigio a los perros
ganadores o “grandes competidores” y no se promocionaría este terrible mercado.
La
eliminación de toda competición oficial de caza con galgos no acabaría con los
robos, pero reduciría bastante su frecuencia y mermaría con toda seguridad el
tráfico ílegal de galgos robados o no, al eliminar las grandes referencias de
estos mercados. No obstante, medidas como esta, que favorecerían el bienestar
de miles de galgos y de sus propietarios no son consideradas por los
representantes del mundillo galguero, que sigue empeñado en la promoción y
multiplicación de toda suerte de competiciones de esta modalidad en territorio
nacional.
Es
destacable, que a día de hoy, no constan ni son públicas decisiones de ningún
estamento oficial que representa a organizaciones galgueras, que expulsen,
inhabiliten, o sancionen a ningún miembro de las mismas por la participación en
tráfico ilegal o robos de galgos.
Entrenamiento con vehículos a motor
El
entrenamiento de galgos atados a vehículos a motor es todavía una práctica
habitual. No es extraño encontrarse en caminos públicos a galgueros tirando de
cuatro, cinco o diez galgos atados con cuerdas todo tipo de vehículos para
recorrer varios kilómetros en lo que se supone es el entrenamiento de estos
perros. Esta es una práctica prohibida por la normativa actual, y
afortunadamente cada vez es menos habitual verla. No obstante todavía está muy
arraigada en determinadas zonas de Andalucía, Extremadura e incluso en zonas de
Castilla-La Mancha muy cercanas a Madrid. Las medidas regulatorias en este
sentido pasarían no sólo por establecer un régimen sancionador ejemplificante y
claramente desincentivador de estos ejemplos de maltrato animal, sino por
regular además las condiciones en que estos animales pueden ser atados a
vehículos de tracción no motora ,como las bicicletas, en cuestiones como
temperatura exterior, numero de animales, condiciones de los herrajes etc.
Además
resulta indispensable que los casos conocidos de entrenamiento con vehículos a
motor sean denunciados para no relajar la presión ante esta abominable
práctica.
Los
representantes del mundo galguero tienen otra opinión a este respecto. Valga
como ejemplo las reuniones que la Federación Andaluza de Galgos ha mantenido
con responsables de los servicios de Medio Ambiente de la región de Andalucía
en 2011 para la legalización de estas prácticas que están consideradas como
maltrato. Por tanto, es de suponer, que no se contaría con el apoyo de este
colectivo en una deseable revisión de las normas a unas que favorezcan un mayor
bienestar en los perros.
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Entrenamiento de galgos con vehículos a motor. |
Condiciones de vida
Cualquier
avance en la normativa sobre tenencia y utilización de galgos no estaría
completa si no se establecieran una condiciones mínimas de bienestar de estos
animales mientras están en manos de los cazadores. Se debería exigir un mínimo de espacio por
animal, así como la prohibición de tener a los perros atados en los corrales o
jaulas. También se debería obligar a los
galgueros a tener las condiciones de ventilación y refugio adecuadas para un
adecuado bienestar de los animales.
Este
apartado debería incluir las ya comentadas condiciones de habitabilidad, de
protección contra las inclemencias meteorológias, prohibición de la instalación de sistemas
antiladrido que afecten a la calidad de vida de los animales, condiciones de
alimentación , salubridad y exigentes medidas sanitarias.
Conclusiones sobre regulación
La
batería de medidas propuestas en este texto, así como otras que se puedan
proponer forman parte lógica de la evolución hacía un mejor trato a los
animales en una sociedad europea actual.
Hay
que tener en cuenta que la caza con galgos es una práctica tradicional en las
zonas rurales de España. Son estos, lugares con bajos índices alfabetización y
desarrollo educativo (en términos relativos a los existentes en las zonas
urbanas). La tradición ,la incultura, las derivaciones económicas de esta
actividad y la resistencia al cambio de las personas implicadas hacen que las
lógicas evoluciones en materia de bienestar animal choquen contra el muro del
colectivo afín a los cazadores y con unas administraciones públicas locales
temerosas de pagar un precio en votos a cambio de una imparable evolución en
las leyes que rigen el bienestar animal.
La
consecución de una buena parte de las medidas aquí propuestas , debido a la
complejidad y el coste de su cumplimiento, reducirían la práctica de la caza
con galgos a una minoría pudiente y la harían inviable para los bolsillos más
modestos. Esto, y sin falta de razones, podría ser considerado injusto para una
gran mayoría de los que utilizan a los galgos. En este sentido, medidas
intermedias como la eliminación de cualquier tipo de competición oficial, ayudarían a no beneficiar exclusivamente a las clases con mayor capacidad
económica.
A
largo plazo, las únicas medidas realmente efectivas son las preventivas. En
este sentido, la educación en valores de respeto y buen trato a los animales
harían más a largo plazo que cientos de regímenes sancionadores a corto.
Una
regulación que reduzca sensiblemente el maltrato, abandono y asesinato de
galgos, es una tarea complicada, que engloba distintos campos de actuación y
que siempre contará con la oposición de todo el mundo galguero.
Bajo
el principio, de que el que contamina… paga. Toda la regulación para la
reducción del maltrato y sufrimiento de estos animales, así como la gestión de
su destino de retiro, cuando sea necesario, debe ser costeado por los
responsables del problema, es decir, el colectivo galguero. Estos costes deben
ser reglamentariamente incorporados a su práctica y deben ser asumidos como
parte de ella.
En
caso de que estos avances, puedan llegar a ser algún día una realidad, nos
podremos empezar a plantear que nuestro país deje de ser la vergüenza de Europa
en materia de trato a sus perros.
En la siguiente entrega parte Caza con Galgos: Prohibición
En la siguiente entrega parte Caza con Galgos: Prohibición
Si os parece, podemos debatir punto por punto entre todos para tener las ideas claras:
ResponderEliminarLimitación del número de galgos por cazador:
-. Creo que esta medida incentivaría aún más el descarte, el abandono y el sacrificio.
-. La propia limitación obliga a una mayor selección.
-. Fomenta la picaresca, la proliferación de zulos. Esconder perros y tenerlos en peores condiciones y clandestinidad.
-. Cuántos cachorros puedes criar. Cuántos galgos para esta temporada. Cuantos galgos de temporadas anteriores. Cuantos sementales. Cuantas hembras reproductoras. Cuantos no útiles o mayores. Cómo definir la cantidad de galgos en cada grupo.
-. Para algunos 4 galgos, pueden ser muchos y ofrecerlos una vida miserable. Por espacio, recursos económicos, tiempo libre para sus cuidados, etc.
Sin embargo para otros que cuentan con buenos recursos y tiempo libre 10 galgos pueden ser pocos.
.- Cómo y quién controla esa limitación.
.- Qué tipo de sanciones para quién no cumpla.
Etc, etc
Sería mejor que todos tuvieramos una ID para identificarnos mejor y favorecer el intercambio de ideas.
ResponderEliminarUn saludo
Podriamos ir punto por punto, pero para mi hay un hecho cierto y claro, después de tratar con muchos galgueros. Me sabe mal hablar de estos seres vivos como si fueran objetos, pero hemos de ponernos, aunque sea un momento en la piel del galguero para enfocarlo desde su perspectiva y así intentar convencerle de lo inutil y absurdo de sus actos.
ResponderEliminarHay que hacerles ver que como ocurre con otras razas, la selección "profesional" es más razonable, aunque solo sea por el tema económico, que la selección "amateur". Como bien dices, Peralvin, hay que criar y esperar 10-15 meses hasta comprobar si el animal es válido o no. Esto tiene un coste pues es indudable que sólo podrás sacar adelante unos cachorros minimamente válidos con una adecuada atención preventiva de enfermedades (desparasitaciones, vacunas) y una adecuada alimentación. Lo que ocurra más adelante es muy discutible, pero en el primer año de vida se cuida al "potencial atleta".
Evidentemente cualquier profesional de la cria, cuidará que los progenitores sean adecuados para obtener los mejores resultados en las camadas.
La compra a profesionales limitará el número de galgos haciendo una criba según el poder adquisitivo, lo que además redundará en que dado el precio pagado se tenderá a tener el animal el mayor tiempo posible y en las mejores condiciones.
Ahora ya es obligatoria la inscripcion del animal en el censo municipal. Logicamente la identificacion sería a través del ADN, como llevan solicitando muchas asociaciones de galgueros por considerarlo el unico control válido. Debería cobrarse una tasa municipal por cada animal censado, aunque fuera puramente simbólica,al igual que se paga por la licencia de caza, pero que compensaría el coste de "mantenimiento" de la base de datos, que por supuesto debería estar unificada en todo el territorio nacional y no por autonomías. A través del censo municipal se podría controlar el número de animales por los datos de catastro.
Evidentemente existirá siempre picaresca, pero cuantas más trabas se pongan, más complicado será y los robos derivarán a otros "sectores" con menos dificultades.
Los criadores, como todo negocio, será controlado en sus aspectos económicos y sanitarios como cualquier otra explotación, a través de las Administraciones y siempre será más facil control 1000 criadores de galgos (es un ejemplo) que 100.000 potenciales galgueros criando en el corral de su casa.
Queda pendiente, no me es ajeno, el tema de la cria clandestina de los buenos galgos comprados a criador. Lógicamente sólo se venderían "animales probados y garantizados" (es vergonzoso escribirlo, pero es así, como si fueran mercancía) en una edad en que ya podrian estar esterilizados y por tanto el criador se asegura de no tener competencia desleal.
En fin, son solo reflexiones.
Me da la impresión que un consenso para regular sólo sería posible desde la propia iniciativa del colectivo e instituciones galgueras con los responsables de medio ambiente.
ResponderEliminarConociendo el mundo del galgo os darías cuenta que vuestras propuestas serían inaceptables.
Lo que es inaceptable es la gran cantidad de daño que vosotros ocasionáis a unos pobres animales que han tenido la desgracia de nacer en vuestros corrales. Año tras año, ante la indignación de muchísima gente, muchísima más que lo que vosotros cuatro sóis. La suerte que tenéis es que la sociedad desconoce la situación real de los galgos, pero es sólo cuestión de tiempo. Vuestras prácticas ya no son acordes con la mentalidad actual.
ResponderEliminarY el consenso no va a salir de vosotros, sino de una gran y creciente mayoría de personas implicadas en el problema. Y ese consenso no va a apuntar hacia una regulación imposible de hacer cumplir porque va en contra de vuestras ideas y prácticas, sino hacia la única solución que zanjaría el problema y nos daría los medios para pararos los pies en cualquier rincón de la península: prohibir la caza con galgo.
Totalmente de acuerdo Veratriz.
ResponderEliminarY a ti Anonimo, decirte que lo primero por minima educacion seria ponerte un nombre. Me parece una desfachatez y una absoluta falta de ética que , despues de todo lo que aqui se muestra digas "conociendo el mundo del galgo.. vuestras propuestas serian inaceptables.
1. El mundo del galgo lo conocemos, y muy bien... yo lo conozco porque de los tres con los q convivo en mi sofa, dos han quedado "tocados" psicologicamente, con pocas esperanzas de recuperarse mucho, por el hijoputa del galguero, bueno cada uno el correspondiendte claro, que les destrozó para siempre, lo conozco bien porque donde vivo veo todas semanas galgos desechados con la mirada perdida por las carreteras,intentando rescatarlos, muchas veces con pooc exito porque la mayoria no confiaran jamas en el ser humano por lo que han visto, por los que como tu le han mostrado... lo conozco muy bien porque dedico mi tiempo, mi esfuerzo,mi dinero, mi alma a reparar una minima parte de la mierda que generais,porque eso es lo que generaias mierda dolor maltrato miseria y asco... Y ya no me sorprende nada vuestro, sois todos iguales, el cerdo que tiene a sus perros hacinados entre diarrea y a oscuras,com en el video, y el que lo niega lo oculta o lo minimiza, el que hace comentarios como el tuyo, sois todos iguales... no romperse el alma ante esto no actuar ante esto... es simplemente inhumano...
2. Y por eso nuestra propuesta es muy aceptable... es acabar con vosotros para siempre y asi va a ser, tarde o temprano... pero asi va a ser.
Veratriz, no desvíes el debate. No entremos en los mismos ataques y justificaciones o defensas de siempre. Así no avanzamos nada.
ResponderEliminarEfectivamente la sociedad desconoce la situación real de los galgos. Conocen tan sólo las malas noticias, y se piensan que todos los galgos terminan ahorcados. Vuestra labor de desprestigio y criminalización a contribuido a ello.
Pero la idea de oficializar la venta de galgos a unos pocos criadores homologados en principio me suena a producción industrial y a empeorar la cosa. De pollos de corral pasamos a explotaciones avícolas.
Y vender galgos probados, garantizados y esterilizados simplemente es inviable.
El galguero que compra un cachorro elige por reata, busca genética, lo quiere tras el destete para criarlo con el librillo que tiene cada maestrillo, y a los 10 meses comienza a prepararlo y entrenarlo de igual manera, con su metodología. A los 15-20 meses comienza a correr sus liebres. Y si tiene buenas actitudes en el campo se le busca una novia o novio adecuado entorno a los 3 o 4 años y se comprueba si transmite sus cualidades a sus cachorros. Si transmite se le pone como semental o hembra reproductora.
Ningún galguero compraría un galgo de 15-20 meses, probado, por muy bueno que fuera, y muy garantizado que esté, y castrado.
Te pierdes lo que más nos gusta, la crianza y la preparación y la posibilidad de tener una buena reata propia.
Además, su PVP no bajaría de 3.000 euros. No es lo mismo que pagar 1.500 por un cachorro destetado y gastarte otros 1.500 hasta los 20 meses en nutrición y gastos veterinarios que pagar 3000 por el mismo galgo criado por otro.
Además, no puedes tener el mismo cariño a un galgo que crías desde cachorro que a un galgo que compras con 20 meses y le pones a correr liebres.
El modelo de M Carmen es inviable.
No me estoy desviando ni un ápice. Verás, poco puedo añadir a la magistral exposición de Peralvin, fruto de un análisis objetivo, exhaustivo y racional; con muchísimas horas de trabajo detrás, y con largo tiempo viviendo el corazón del problema. Porque no te olvides de una cosa, estamos aquí “reunidos” porque tenemos un problema, no para matar el tiempo ni por afición.
EliminarAsí que yo aporto lo que es fruto de mi visión y experiencia, similar a la de muchas de las personas que participan en este blog. Y si te suena a lo de siempre, será porque no hay mucho más. El análisis detallado, ya lo ha expuesto Peralvin. Yo te he dado mi resumen: vosotros sois incapaces de modificar vuestras prácticas porque os habéis acostumbrado demasiado a hacer lo que os viene en gana. Por eso yo no veo otras opciones que no sean poner fin al uso del galgo para la caza. Te lo vuelvo a repetir, yo quiero poder evitar que cualquier galguero culto/inculto/gitano/inclasificable convierta la vida de un animal en un infierno. Y para eso necesito una ley fuerte y tajante, no un entramado de regulaciones que fácilmente podáis incumplir o trampear.
Y no sé que más esperas, sinceramente. Ya te lo han dicho otras personas: miradas perdidas y vidas destrozadas en los galgos, y horas de esfuerzo y angustia en quienes intentamos ayudarles. ¿Te parece eso simple y poco argumentativo? ¿Te suena a lo de siempre? Pues es lo que hay.
Cada vez que participa alguien, me siento tan identificada, que veo que todos vivimos experiencias muy parecidas y tenemos ideas muy similares. Así que no te extrañe que lo que decimos unos y otros suene parecido, porque es que realmente es mucho lo que tenemos en común: velar por el bienestar de los galgos.
Verás, a mí lo que me cansa es vuestro discurso de que vosotros sois galgueros “buenos”, y no lo digo abiertamente. Si tanto os gusta el galgo, tened valor para renunciar a un pasatiempo para preservar su vida y su dignidad.
Por cierto, que la sociedad, precisamente, lo que desconoce es la magnitud del maltrato: la ingente cantidad de galgos criados y desechados, las deplorables condiciones de vida en que viven, las variadas maneras de hacerles morir no sin antes sufrir extremamente, y por supuesto, la gran cantidad de galgos cuyo destino final no conocemos. Y me hace gracia que digas que desprestigiamos. No hace falta corromper algo que ya está podrido. En todo caso, basta con enseñar la puntita del iceberg que representan los galguitos que están a salvo y los ángeles que no han sobrevivido, pero que hemos sabido de su final. Así que vosotros mismos os ponéis en evidencia. En todo caso, la información que se da en los mas media es insignificante, y ése es uno de los objetivos que tenemos que fijarnos, conseguir mayor difusión a través de radio y televisión. Pero no de vosotros, galgueros “buenos”, que ni sois tan buenos, ni sois tantos. Sino de la gran mayoría de que realmente es el “mundo galguero”, una auténtica pesadilla para el galgo, y para los que peleamos por ellos.
Y por último, te voy a lanzar unas preguntas: ¿crees que es justo que para que tú y otros como tú disfrutéis tenga que sacrificarse la vida de tantos animales? ¿ocasionarles tanto martirio? ¿absorber tantísimos recursos personales y económicos? ¿quitarnos el sueño por las noches, vivir una angustia permanente y una casi incapacidad para ser completamente felices porque sabemos que hay animales que sufren, como dice Mari Carmen y otras personas que han aquí el grandísimo daño moral que esto nos ocasiona? ¿no te parece lógico y ético renunciar a ese “gusto” particular tuyo para que al menos una parte de los muchísimos animales maltratados dejen de serlo?
Ya tenemos bastantes problemas por resolver como para crear otros por el simple hecho de querer divertirnos o creernos superiores. Y esto, te guste o no, es lo que hay.
A la primera pregunta:
EliminarYo no llevo a mis galgos a correr liebres para mi disfrute. Yo los llevo para que ellos disfruten, y porque disfrutan. Y yo lo gozo sintiendo que disfrutan.
La carrera prácticamente no la veo, porque en pocos segundos les pierdo de vista. Pero cuando regresan o voy en su busca, y vienen hacia mí tan orgullosos y felices, hay que vivirlo para sentirlo. Y aunque no les dejo, en cuanto recuperan el aliento, quieren volver a correr.
Yo disfruto más de los paseos diarios viéndoles jugar entre ellos, que de la mañana de caza, que me obliga al madrugón y al palizón de patearme 20 km entre tierras. Lo hago simplemente por ellos.
Por ello, y al contrario de lo que preguntas, el que se sacrifica cada día para verlos felices soy yo...pero merece la pena.
Yo no sacrifico ningún animal. Tengo uno de 7 años, operado de una pata, atropellado. Nunca le he llevado al coto. Vive con nosotros y dos galgos más, dentro de casa. Otros dos no viven en casa, pero tienen las mismas comodidades y más horas de campo al día que los de casa.
No sacrifico la vida de ningún perro. Sacrifico mucho tiempo y recursos por ellos, y su simple compañía es mi recompensa.
Y yo no soy una excepción, hay muchos como yo. Y admito que hay otros que no son así. Yo soy responsable directo de mi comportamiento, e indirecto del de mis conocidos. No lo soy de los que son ajenos a mi círculo.
ANDRES
Olvidé mencionar que el galgo de 7 años, lo adoptamos en una protectora. Estaba abandonado y lo atropelló un coche. La protectora lo operó y lo buscó adopción. Ah, y era de gitanos, no de galguero.
EliminarAnónimo, hoy sólo puedo decir que me faltan las palabras, no consigo dormir por las noches pues tengo clavadas en mi mente la mirada de todos los galgos que nos están dejando este año los "buenos galgueros", porque los malos ni siquiera se gastan el dinero de la gasolina o la llamada de telefono. Me duele el alma y tengo clavadas las llamadas de "buenos galgueros" que se "tienen que deshacer" de las madres porque las crias nuevas ya necesitan espacio y no tiene dinero para dar de comer a todos. Me duele el alma de ver a las madres con las ubres explotadas y la mirada perdida, sin ganas de comer, quedándose en un rincón hechas un ovillo sin ganas de vivir. El otro dia le dije a un galguero que criais por vicio y me dijo: "Sí, es cierto. No tendriamos que criar tanto, pero que le vamos a hacer" y lo peor es que junto a él habia un chaval de apenas 12 años, a las 4 de la tarde con un palillo en la boca, como si fuera un tasquero de 50 años y cuando dije que muy pronto no habria adopciones para tantos galgos me respondió : "Pues al campo con ellos y que se busquen la vida". Ese es el futuro del mundo de los galgueros. Vuestro futuro es igual que ha sido vuestro pasado y es vuestro presente: IGNORANCIA, INCULTURA Y POR ENDE CRUELDAD. Con esas cualidades personales sólo puedo calificaros como un submundo dentro de la sociedad, que sois capaces de lo peor y avergonzais al resto del pais y los políticos no hacen nada porque prefieren mantener conciudadanos con esas "cualidades", que se distraigan matando animales en lugar de intentar mejorar el pais en que vivimos.
ResponderEliminarEn fin, me dariais pena si no fuera por la cantidad de desgracia, sufrimiendo y dolor que vuestras cualidades personales originan.
Y por supuesto, estaría bien que al menos pusieras un nombre y no te escondieras bajo un anónimo.
Lorena, dont imitate...Innovate!!!
ResponderEliminarM Carmen, tienes una protectora...Tu materia prima es el producto del abandono. No puedes ver otra cosa. Si tuvieras otro tipo de ONG la materia prima sería otra. Y sí, se cría demasiado.
ResponderEliminarYo no soportaría desarrollar tu labor ni un sólo día. Es admirable, no lo discuto.
Anónimo, sé valiente y presentate. Creo que es lo más digno que puedes hacer. No tengo una protectora. Colaboro con una protectora después de trabajar para ganarme la vida, no tengo que robar horas al sueño, porque lo que veo me lo ha quitado y dedico muchas, muchisimas horas a intentar sanar el cuerpo y el alma de los abandonados por la crueldad humana. Puedo ver otra cosa, porque estoy viva y mi mundo no es sólo la proteccion animal. Tengo una familia, unos hijos, un trabajo, amigos, disfruto de pequeños momentos de felicidad, pero cuando los siento casi me parece injusto ser feliz cuando sé la cantidad de dolor que hay por culpa de unos ignorantes incultos y crueles. No quiero que se me admire por lo que hago,Quisiera poder disponer del tiempo que dedico a alivir el dolor que otros causan y poder dedicarlo a otras cosas.
ResponderEliminarNo te vayas por la tangente..... Sé que otras ONG tienen otras victimas, pero quizás pocas sean tan facilmente evitables como éstas. Lo que no sé es cómo podeis "descansar".... sí... porque no teneis conciencia, pero en eso también trabajamos... en despertarosla o al menos lo intentamos.
Los halagos, la admiración no me sirven de nada... No escucho los cantos de sirena. Sólo espero que ésto acabe algún dia, aunque yo no esté aqui para verlo. Y sé que terminará, como acabó la esclavitud y otras perversidades humanas.
No me escondo. Cambiaría algo si se sustituye Andrés por Anónimo.
ResponderEliminarSiempre pienso que va ser mi último comentario, pero Peralvín se lo curra mucho y me lo impide.
Me gusta el sistema de comentarios directos y sin moderación porque creo que los lectores se sienten libres de opinar y además gusta que los comentarios se vean de forma inmediata. No obstante, como ya sugerí ayer, creo que las personas que postean comentarios habitualmente deben ser identificadas por nombre, nick etc. Hay que tener en cuenta que para mi no es facíl discernir entre los autores de comentarios anónimos ( es básicamente imposible).
ResponderEliminarAsí que, en adelante, sólo se permitirán comentarios anónimos esporádicos, que de por sí no sean objeto claro de continuidad o de pregunta-respuesta, etc...
Hay que tener en cuenta que esta no es casa de cazadores ni de personas que quieran hacer apología de la caza, tauromaquia, ni muchas otras tradiciones y prácticas que impliquen el sufrimiento y muerte de animales dentro del folklore typical spanish.
Quiero pedir disculpas, como responsable indirecto,de todos aquellos comentarios que puedan haber resultado ofensivos y hayan sido vertidos desde la protección de perfiles anónimos. Se ha de entender que he intentado llevar las riendas de las discusiones por los mejores derroteros que he creído,pensando que todo el mundo se debe expresar. Y así seguirá siendo, pero con una identificación.
Esperamos poder seguir manteniendo la misma línea en nuestra actuación de crítica y denuncia social. Esta es una lucha justa que apenas ha empezado a movilizarse realmente y nosotros queremos contribuir desde nuestra tribuna de opinión. Trato de ser objetivo en mis planteamientos aunque a veces me es realmente difícil. La publicación de esta segunda estrega se retrasó unos días precisamente debido a eso... las lindezas con las que estuvimos la semana pasada no me permitían escribir con objetividad sobre el asunto.
Muchas gracias a todos los que os esforzais por mantener la calma y poder crear un debate constructivo sobre este tema. Así seguiremos, pero identificados...
Gracias!
Identificación de:
ResponderEliminarNombre: Peralvín
Ubicación: La España Profunda
Avatar: un galgo
Esta identificación no ofrece más datos que un anó
nimo, la verdad.
Pero bueno...yo soy, Andrés, en un lugar de la mancha, y la foto de mi galgo.
Entiendo que más que identificación es por diferenciación, no?
Exacto, si es con una ID que te permita entrar ya con nombre mejor... pero si no, basta con firmar al pie todos los mensajes. El segundo es peor sistema porque no evita que se produzcan suplantaciones puntuales de las personas. (Yo puedo entrar firmando como si fuera otro y si ese otro no dice nada no hay manera de comprobarlo).
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